¿Pero tiene sentido hoy en día dedicar dinero a la ciencia?: Renato Dulbecco

Hace unas pocas semanas (el 19 de febrero) falleció en su casa en La Jolla
(California), Renato Dulbecco, tres
días antes de celebrar su 98 cumpleaños. Una vida dedicada a la ciencia (y a la
música, una de sus grandes aficiones), y un ejemplo de la “fuga de cerebros”
que siguió a la Segunda Guerra Mundial, y que todavía hoy continúa (y
desgraciadamente continuará) en nuestro país.

Renato nació y se educó en Italia, y poco después de la guerra se fue a
Estados Unidos. Comenzó a trabajar con el también italiano Salvador Luria, en la Universidad de Indiana, con bacteriófagos (virus que infectan
bacterias). Descubrió el fenómeno de la fotorreactivación de los bacteriófagos
inactivados con luz ultravioleta. ¿Qué sentido puede tener después de una
guerra mundial dedicarse a estudiar cómo funcionan los virus que infectan la
bacteria Escherichia coli?. Ciencia
básica que muchos podrían considerar una perdida de tiempo y dinero. Allí
conoció y se hizo amigo de James Watson
(codescubridor de la estructura del ADN), que entonces era estudiante en el
laboratorio de Luria. Unos años después, invitado por Max Delbrück, se incorporó al California
Institute of Technology
(Caltech). Allí, gracias a lo que
había aprendido trabajando con bacteriófagos, desarrolló la técnica del cultivo
celular
para cultivar y aislar virus que infectan células animales. Empleando
esa técnica pudo estudiar las propiedades biológicas del virus de la polio. Esta
técnica de cultivo celular que él desarrolló permitió la investigación de la
biología y genética de muchos otros virus, y ha sido una técnica esencial para
el desarrollo de la virología. En 1963, se incorporó al
Salk Institute (del que llegó a ser Presidente) para investigar los
mecanismos por los cuales algunos virus pueden transformar las células en
tumores. Durante esos años, demostró que el ADN del virus SV40 (un virus que
infecta a los monos) es capaz de integrarse en el genoma de la célula huésped,
transformando la célula normal en una célula maligna o cancerosa. En 1975,
junto con David Baltimore y Howard Temin, recibió el Premio Nobel
por sus descubrimientos que demuestran la relación entre los virus, el material
genético de la célula y el cáncer.

Renato Dulbecco (22 de febrero de 1914, Catanzaro,
Italy /

19 de febrero de 2012, La Jolla, CA, USA).

Con gran visión de futuro, en 1986 escribió un artículo en la revista Science en el que sugería la necesidad
de secuenciar y catalogar todos los genes humanos. El artículo tuvo una gran
resonancia, al principio negativa, pero finalmente ayudó al diseño y puesta en marcha del Proyecto Genoma Humano.

Durante unos años volvió a su Italia natal para dirigir el Proyecto Genoma
Italiano, pero decepcionado por la falta de apoyo y financiación (les suena?),
se volvió definitivamente a Estados Unidos. Una historia que se repite de forma
sistemática en muchos países europeos, y que demuestra una vez más la política
cortoplacista de muchos dirigentes que no ven que apoyar e invertir en ciencia
es desarrollo y futuro.

Renato Dulbecco comenzó trabajando con bacteriófagos y logró demostrar la
relación entre virus, genes y cáncer: cómo algunos virus son capaces causar
cáncer al insertar sus propios genes en el cromosoma de la célula que infectan
.
Un ejemplo de que invertir en ciencia, en ciencia básica, es invertir en
futuro, progreso y desarrollo. Descanse en paz.

Carta abierta por la ciencia en España.

Renato Dulbecco:
Viruses, genes, and cancer.
Eckhart, W. PNAS, March 27,
2012 vol. 109 no. 13: 4713-4714.

doi: 110.1073/pnas.1203513109

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