Durante la pandemia del SARS-CoV-2, hemos tenido que cumplir con sucesivas restricciones a medida que se han ido sucediendo las nuevas oleadas del virus: limitaciones de libertades básicas, confinamientos, cuarentenas y restricción de movimiento, cierre de la hostelería, la restauración, las actividades culturales, artísticas y deportivas, uso de las mascarillas, pasaportes COVID… El objetivo de todas estas medidas ha sido proteger la salud de la población, contener la progresión de la enfermedad y reforzar el sistema de salud pública. Pero han sido medidas muy costosas para el ciudadano. En países democráticos acostumbrados a vivir en libertad, la eficacia de estas intervenciones depende del cumplimiento voluntario de las personas.
¿Cómo motivar al público a cumplir con los consejos de salud durante una crisis de salud prolongada como una pandemia?
En una crisis prolongada como esta pandemia, el coste de estas intervenciones se acumula en el tiempo, y crea un sentimiento de fatiga generalizado. En esos momentos, una comunicación eficaz es esencial para conseguir que los ciudadanos se adhirieran a las nuevas medidas. Durante la pandemia, el “meter miedo” se ha generalizado. En algunos foros y redes sociales han proliferado los mensajes catastrofistas y negativos: “el virus ha mutado”, “la nueva variante más mortal”, “prepárense para lo peor”, “lo peor está por venir”, etc.
Esperanza, eficacia, transparencia, rigor
Sin embargo, varios estudios (ver referencias en 1) respaldan la importancia psicológica de los sentimientos relacionados con la esperanza. Los sentimientos de que una medida es eficaz y me protege a mi y a los míos, facilita su cumplimiento y lo hacen con más fuerza que la preocupación por el propio virus. Así, los consejos prácticos sobre qué hacer, cómo hacerlo y, sobre todo, por qué hacerlo han sido más eficaces que el “meter miedo”. Del mismo modo, otros sentimientos positivos como la empatía y el optimismo han jugado un papel importante en el comportamiento protector durante la pandemia. No se trata de generar esperanza minimizando la amenaza (“hemos vencido al virus”), sino promover un sentido de eficacia, unido a la transparencia: decir todo lo que se sabe… y lo que no se sabe. Siempre hay un nivel de incertidumbre y el riesgo cero no existe.
Un buen ejemplo de comunicación eficaz orientada a la esperanza fue aquella figura que ilustraba la idea de «aplanar la curva«, en la primera fase de la pandemia. Esta idea, o la de “la vacuna eres tú”, comunicó la necesidad de una acción individual y colectiva, de una manera que motivó a la acción en un gran número de personas.
Ahora se acaba de publicar un estudio en Scientific Reports, del grupo Nature, que confirma este planteamiento. Han analizado cómo las autoridades sanitarias y los gobiernos motivaron al público en un periodo concreto de la pandemia, en invierno de 2021: entre la aparición de la variante alfa (más infecciosa) y la implementación de la primera generación de vacunas contra la COVID-19. La aparición de la nueva variante supuso que los ciudadanos debían adoptar nuevas medidas de protección, en un momento en el que había ya mucha tensión porque todo el mundo estaba experimentado la fatiga pandémica. La aparición de la variante alfa requería intensificar una comunicación eficaz con el público. Lo de «aplanar la curva» no servía en este momento.
El experimento se realizó en los Estados Unidos, con un número total de 3.022 personas. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a una de estas tres condiciones:
(1) una condición de control, que simplemente informó a los participantes de que había nuevas variantes más infecciosas del coronavirus que se estaban propagando en el país, y que las autoridades pedían adherirse a medidas más estrictas.
(2) una condición de esperanza que describió un escenario optimista en el que el objetivo de las restricciones era ganar tiempo hasta que las vacunas contra la COVID-19 tuvieran un efecto positivo.
(3) una condición de miedo que se centraba exclusivamente en la amenaza de las variantes más infecciosas sin mencionar las vacunas ni las esperanzas asociadas a ellas.
Posteriormente, los participantes completaron una encuesta para medir si la información que habían recibido era clara y ayudaba a entender por qué las nuevas variantes del coronavirus son una amenaza para la salud pública, por qué es necesario adherirse más firmemente a las directrices de las autoridades sanitarias, cómo podemos superar esta pandemia de manera segura y por qué es necesario tomar medidas estrictas hasta que las vacunas tengan pleno efecto y reduzcan las infecciones.
Efectividad de comunicar con mensajes de esperanza (hope) o amenaza (threat) respecto a la percepción de amenaza para la salud pública, la adherencia a las directrices de las autoridades, cómo estar más seguro, y requerimiento de medidas más estrictas. (Fuente: referencia 1)
Al comparar los tres grupos (control, mensaje de esperanza o meter miedo), comprobaron que el mensaje de esperanza aumentó significativamente la percepción de que las variantes más infecciosas son una amenaza para la salud, la motivación para adherirse a las directrices de las autoridades sanitarias era mayor, comprendían mejor cómo superar la pandemia de manera segura y por qué se necesitan medidas más fuertes. En definitiva, estos resultados demostraban que, en una fase de la pandemia con un cansancio significativo, el mensaje de esperanza fue más efectivo para motivar una mayor adherencia a las pautas de salud y facilitó una mejor comprensión pública de la situación pandémica, que un enfoque exclusivo en la amenaza y el miedo a la nueva variante más infecciosa.
Durante estos dos años he intentado explicar qué estaba pasando, con transparencia, rigor, de manera sencilla y siempre con un toque de esperanza. Algunos me han criticado mi excesivo optimismo. No se trataba de minimizar la amenaza. Estoy convencido de que una visión positiva (ver la botella medio llena) ayuda a enfrentarse a las crisis. Ahora me alegra comprobar que la ciencia demuestra que comunicar con esperanza es más eficaz que meter miedo.
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(1) Communicate hope to motivate the public during the COVID-19 pandemic. Petersen, M. B., et al. Sci Rep. 2022;12(1):2502. doi: 10.1038/s41598-022-06316-2.