TB or not TB, that is the question?: identifican una cepa de Mycobacterium tuberculosis en restos óseos de una adolescente enterrada en el siglo XIX

Mycobacterium
tuberculosis
es el agente causante de la tuberculosis (TB), un viejo conocido del ser humano.  Algunos calculan el origen de esta bacteria
hace unos 3 millones de años, y se estima que la TB ha afectado a la población
humana desde hace más de 8.000 años. En Europa se extendió rápidamente durante el
siglo XVII. Por ejemplo, en Londres en el siglo XIX una de cada cuatro muertes
era debida a esta infección. La gran densidad de población asociada a zonas
urbanas son las condiciones óptimas para la transmisión aérea de este patógeno.
Los programas de vacunación y los quimioterápicos permitieron el control de la
enfermedad, pero en 1993 la OMS declaró la TB como una nueva emergencia global.
Se calcula que actualmente un tercio de la población mundial tiene TB latente y,
después del VIH, es el agente infeccioso que más gente mata: en el año 2001 contrajeron TB unos 8,8
millones de personas y 1,3 millones murieron
.

Existen más de 100 especies distintas del género Mycobacterium, la mayoría no son
patógenas y se encuentran en el suelo y en el agua. La TB está causada por
bacterias del complejo Mycobacterium
tuberculosis
. Normalmente la infección afecta al sistema respiratorio, pero
en algunos casos también puede manifestarse con lesiones en los huesos.

Hace ya varios años, se identificaron restos de ADN de Mycobacterium tuberculosis en esqueletos
y momias humanas de más de 2.500 años de antigüedad. Sin embargo, hasta ahora
no había sido posible identificar un genotipo detallado de estas cepas
antiguas.  Los nuevos métodos de
secuenciación son capaces de generar secuencias del genoma a partir de pequeñas
cantidad de material lo que permite realizar análisis polimórficos e
identificar genotipos. Esta aproximación es la que han empleado por primera vez
un grupo de investigadores británicos, según publica PNAS, para identificar el genotipo de una cepa antigua de Mycobacterium tuberculosis. Las muestras
empleadas han sido restos óseos de una joven adolescente enterrada a finales
del siglo XIX en la cripta de St. George en Leeds (West Yorkshire, Inglaterra).
Por las características de sus restos se supone que falleció de TB ósea. Los
autores detallan también cómo han evitado la contaminación de las muestras con
ADN de Mycobacterium tuberculosis recientes
o de otras especies de Mycobacterium ambientales. 

Mediante esta tecnología obtuvieron 664.500 lecturas del
genoma que les permitieron analizar la mayoría de los marcadores que se
utilizan para tipificar Mycobacterium (SNPs,
inserciones/deleciones y secuencias de inserción). Tras tipificar la cepa y
compararla con otros grupos de Mycobacterium,
los datos sugieren que esta cepa antigua
no es frecuente hoy en día, y es
distinta de las que se aíslan actualmente entre la población
. Además, podría estar relacionada con las cepas de Mycobacterium presentes en Norteamérica
a principios del siglo XX
. Este trabajo demuestra que los nuevos métodos de
secuenciación permiten obtener datos detallados del genoma de cepas antiguas y
posibilita comparar cepas de distinto origen geográfico y de diferentes épocas.
Se trata, por tanto, de trabajos de “arqueología microbiana”: identificar y
seguir la pista a microbios antiguos.

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Bouwman, A., et al. (2012). Genotype of a historic strain of Mycobacterium tuberculosis Proceedings of the National Academy of Sciences DOI: 10.1073/pnas.1209444109

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