La bacteria Streptococcus pneumoniae (conocida vulgarmente como pneumococo) causa enfermedades respiratorias en varios millones de personas al año. Desde 1970, se han extendido rápidamente por todo el planeta cepas de pneumococos resistentes a los antibióticos. Una de ellas, se aisló por primer vez en 1984 en un hospital de Barcelona, extraordinariamente multirresistente a los antibióticos, incluida la penicilina. Esta cepa rápidamente se extendió por África, Asia y América. Se estima que ha sido la causa de casi el 40% de los casos de neumonías resistentes a las penicilinas en Estados Unidos, a finales de los años 90. Esto es un ejemplo de la lucha “cuerpo a cuerpo” que mantenemos contra muchas bacteria patógenas: conforme diseñamos nuevas sustancias antibacterianas y vacunas, las bacterias evolucionan y se adaptan a ellas, haciendo resistentes.
A los investigadores siempre les ha interesado conocer cómo el pneumococo ha sido capaz de adquirir esta resistencia, incluso de evadirse de la acción de las vacunas, y extenderse tan rápidamente. Hasta ahora se habían analizado unos pocos genes, pero empleando las nuevas técnicas de secuenciación, se acaba de publicar en Science un trabajo en el que analizan el genoma completo de una colección de 240 cepas multirresistente a los antibióticos descendientes de aquella cepa española, y aisladas entre 1984 y 2008 en 22 países distintos. El objetivo es conocer qué mecanismos genéticos están detrás de la capacidad de esta cepa resistente de extenderse globalmente, o en otras palabras, de la rápida dinámica evolutiva del pneumococo en respuesta a las intervenciones humanas (antibióticos, vacunas, anticuerpos, …). Los investigadores han encontrado más de 700 fenómenos de recombinación (recombinaciones, inserciones o deleciones) en genes que controlan factores de virulencia del pneumococo, como la cápsula, en estructuras superficiales de la bacteria que son diana de varias vacunas, o en genes que confieren resistencia a varios tipos de antibióticos. Los resultados permiten entender cómo en unas pocas décadas, una única cepa de pneumococo ha sido capaz de adquirir resistencia a antibióticos y la habilidad para evadir la acción de las vacunas en varias ocasiones distintas, demostrado una enorme capacidad de adaptación. Entender estos mecanismos nos permitirá diseñar nuevas estrategias que permitan controlar al patógeno.
Este trabajo es un ejemplo de una nueva y poderosa aproximación para obtener una gran cantidad de información sobre la población y biología evolutiva de cualquier bacteria, integrando datos de genómica, epidemiología y evolución.