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Manipular la microbiota (III): y ahora, ¡el trasplante vaginal!

De momento no se ha ensayado, pero ya se está consensuando cómo seleccionar donantes

Cada vez hay más evidencias del papel que juega nuestra
microbiota en la salud.  El éxito del
trasplante fecal para el tratamiento de la infección por Clostridium difficile (*), ha suscitado el uso potencial de otros
tipos de trasplantes como terapia contra una gran variedad de enfermedades
relacionadas con una alteración de la microbiota. Una de las últimas propuestas
es el trasplante de microbiota vaginal.

La composición de la microbiota vaginal tiene un gran
impacto en la salud sexual y reproductiva. La microbiota vaginal “óptima” es
mucho más simple que la microbiota de otras partes del cuerpo: está dominada principalmente
por algunas especies de un único genero, Lactobacillus. En este caso, a
diferencia de en otras partes del cuerpo, un aumento de la diversidad microbiana,
con la disminución de lactobacilos, se considera una vaginosis bacteriana, que está asociada a un aumento del riesgo de padecer
enfermedades de transmisión sexual, infecciones urinarias y de tener partos
prematuros.

(Imagen)

Los estudio sobre la microbiota vaginal son escasos, y en el momento actual no sabemos si el
trasplante de microbiota vaginal podría servir para restaurar la microbiota
original
, en los casos de vaginosis bacteriana. De hecho hasta donde yo se,
el trasplante de microbiota vaginal todavía no se ha realizado en ningún
hospital.

Uno de los grandes problemas de esta técnica podría ser que
con la buena intención de reponer la microbiota vaginal, al mismo tiempo, se
transmitan patógenos que causen otras enfermedades. Por eso, antes de ensayar
este tipo de estrategias en un entorno clínico es necesario consensuar
protocolos y determinar qué criterios
hay que seguir para seleccionar aquellos donantes de microbiota vaginal que
supongan un riesgo mínimo de transmitir patógenos
. 

Este ha sido el objetivo de un artículo publicado
recientemente en la revista Frontiers in
Cellular and Infection Microbiology
. En este trabajo han seleccionado un
grupo de 20 mujeres sanas con edades entre 23 y 35 años, sin síntomas vaginales
aparentes.  A todas ellas les hicieron un
exhaustivo cuestionario sobre su
historia y comportamiento sexual, infecciones de transmisión sexual que había
padecido con anterioridad, síntomas vaginales y tipos de productos vaginales y
anticonceptivos empleados. Además estudiaron su historial médico e incluso sus viajes
al extranjero
(por posibles exposiciones accidentales al Zika o al Ébola,
por ejemplo). Se les realizaron todo tipo de análisis microbiológicos, moleculares y serológicas para detectar
la presencia o el contacto con la mayoría de los patógenos de transmisión
sexual: herpes, hepatitis A, B y C, Toxoplasma
gondii
, virus Epstein-Barr, rubeola, Chlamydia
trachomatis
, Neisseria gonorrhoeae,
Trichomonas vaginalis, Mycoplasma genitalium, virus del
papiloma humano, VIH (tipo 1 y 2), citomegalovirus, Treponema pallidum, entre otros. Además, les tomaron muestras para caracterizar la microbiota vaginal y
las propiedades fisicoquímicas de la secreciones vaginales de todas ellas.

Respecto a la microbiota normal presente en las muestras, en
la inmensa mayoría (19 de 20) la
microbiota vaginal estaba constituida casi exclusivamente por Lactobacillus
: L. crispatus, L. iners o
una mezcla de ambos, y algunos otros. Además las propiedades fisicoquímicas de
los fluidos vaginales se correlacionaron con la presencia de estos Lactobacillus: se sabe que el ácido
láctico que producen estas bacterias mantienen un pH bajo (ácido) en la vagina,
lo que tiene un poder protector frente a infecciones por otros microorganismos.
Comprobaron que las muestras en las que dominaba el Lactobacillus crispatus, había una mayor concertación de ácido
láctico y un menor pH, lo cual podría ser beneficioso.

Abundancia relativa de bacterias en las 20 muestras
analizadas mediante secuenciación del 16S rDNA (Fuente).

Con todos los datos, los autores marcaron una serie de criterios de selección muy
restrictivos. De las 20 participantes solo fueron seleccionadas 7 (un 35%) como posibles donantes de
microbiota vaginal en un futuro ensayo de trasplante. Sin embargo, los mismos
autores anticipan que probablemente el % de seleccionadas debería ser menor, ya
que en este caso se partió de 20 mujeres preseleccionadas.

Entre los criterios para excluir a una potencial donante
estaban la presencia de patógenos o de infecciones previas (algunas mujeres
fueron excluidas porque se detectaron infecciones asintomáticas, es decir
presencia del patógeno pero sin síntomas aparentes, y por tanto ni ellas sabían
que eran portadoras del patógeno),  y la
presencia de otras bacterias que no se consideran microbiota vaginal “normal”.
Los mismos autores son conscientes de las
limitaciones de este trabajo
: un estudio piloto, con un grupo homogéneo de unos
pocos participantes. En estudios posteriores se deberían incluir un mayor
número y diversidad de mujeres, de distintas razas y orígenes geográficos,
tomar muestra durante un periodo de tiempo mayor o, incluso, analizar la
presencia de semen en las muestras.

A pesar de estas limitaciones, el trabajo es una primera
propuesta de un diseño racional para seleccionar posibles donantes para
realizar un ensayo clínico de trasplante vaginal. Quizá en el futuro veamos bancos de microbiota vaginal, de la
misma manera de los ya existentes bancos de heces para el trasplante
fecal. 

De todas formas, recordemos que hasta el momento actual no
hay ninguna publicación científica sobre este tipo de ensayos. Lo que sí se ha
estudiado es el uso de probióticos
(un cultivo bacteriano concreto) para repoblar la población de Lactobacillus, pero sin mucho éxito de
momento (depende mucho de la cepa concreta de bacteria que se emplea, hay
problemas de colonización, etc, …). Si alguna vez se hace un trasplante de
microbiota vaginal deberá realizarse en un entorno clínico, porque no deja de
ser una práctica de riesgo.

(*)
Para más información ver Manipular la microbiota (II): el trasplante fecal

También te puede interesar Manipular la microbiota (I): probióticos si, probióticos no.

Referencia: Conceptual Design of a Universal Donor Screening Approach for Vaginal Microbiota Transplant. DeLong, K., y col. Front Cell
Infect Microbiol. 2019. 9:306. doi: 10.3389/fcimb.2019.00306.

1 Comment

  1. Excelente publicación y toca un tema que sin lugar a duda será tendencia. Es interesante que se transmita tan claramente el mensaje en un lenguaje sin tecnicismos de por medio.

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