¿De dónde viene la gripe?
Sobre la gripe de 1918 y los patos te lo cuento en este
capítulo de la serie «Los microbios en el museo» de #microBIOscope:
Este mes de octubre se cumplen 100 años exactamente de la
mayor epidemia de gripe que ha existido jamás: la pandemia (epidemia mundial) de gripe de 1918 o llamada gripe “española”. Se
calcula que esta gripe causó más muertes
en 25 semanas que el SIDA en 25 años. Mató a más personas en un año que la
peste en la Edad Media en todo un siglo: entre 20 y 50 millones de personas
murieron por la pandemia de gripe entre 1918 y 1919, muchas más muertes que en
toda la Primera Guerra Mundial. Esta epidemia de gripe se diseminó más rápido
que cualquier otra plaga. En solos tres meses se extendió por todo el planeta.
En Europa el pico de mortalidad ocurrió entre los meses de octubre y noviembre de 1918.
Pero, ¿cuántos virus de la gripe
distintos existen y de dónde vienen?
En realidad no hay un virus de la gripe, sino muchos tipos
distintos. Probablemente, el virus de la gripe sea uno de los más variables que existen. Hay tres genotipos del virus:
A, B y C. En humanos, la gripe A es la más frecuente, la responsable de las
epidemias anuales; la B suele aparecer cada 2-4 años y suele ser menos
problemática, una gripe más suave; y la gripe C es mucho menos frecuente y no
suele causar epidemias.
El virus de la gripe está rodeado de una membrana o
envoltura y tiene un genoma contenido en ocho fragmentos de RNA con información
para diez proteínas. Dos de ellas, las denominadas hemaglutinina (que se abrevia con la letra H) y neuraminidasa (con la letra N) son
proteínas de la envoltura y son muy importantes en la infección. Son también
muy variables. Hasta ahora se conocen 18 subtipos distintos de H (H1, H2, H3, …
H18) y 11 de N (N1, N2, N3, … N11). Así, el virus que lleva la H de tipo 1 y la
N de tipo 1 en su envoltura, se denomina H1N1; el que lleva la H de tipo 1 y la
N de tipo 2, se denomina H1N2, y así sucesivamente hasta H18N11, según las
distintas combinaciones posibles entre estas dos proteínas del virus. Ahora
entenderás por qué a veces se habla de la gripe de tipo H1N1, H3N2, H5N1, …
¿Y de dónde vienes esos virus? El virus de la gripe es un
virus de patos. El reservorio o almacén de todos estos virus de la gripe (los de tipo A) son las aves acuáticas silvestres, en
particular las de los órdenes Anseriformes (gansos, patos,
etc) y Charadriiformes (gaviotas, charranes, fumareles, etc). Muchas
de estas aves son migratorias, lo
que facilita la diseminación global de los virus por todo el planeta. De vez en
cuando algunos de estos virus infectan a otras especies animales, y terminan
por adaptarse a éstas, dando lugar a los virus de la gripe de humanos, cerdos,
caballos, incluso murciélagos y mamíferos marinos (ballenas, delfines y focas también
tienen gripe). Esto significa que todos
los virus de la gripe tipo A que existen en la actualidad, y que pueden
aislarse en distintos animales, provienen
en último término de los que infectan a estas aves silvestres. En las aves
es donde podemos encontrar todas las combinaciones posibles de virus de la gripe,
desde el H1N1 hasta el H18N11 (algunos subtipos concretos han sido
identificados sólo en murciélagos). Los virus de la gripe, por tanto, tienen su
origen en las aves y se van adaptando, en un proceso que puede durar décadas, a
otros animales.
Ahora bien, no todos los tipos de virus gripales tienen la
misma capacidad de causar una epidemia o
pandemia en humanos. Para ello, deben ocurrir tres cosas al mismo tiempo: que el virus pueda infectar a las células
humanas, que sea patógeno para los humanos y que se transmita entre personas. Por
ejemplo, de los 18 subtipos de “H”, sólo seis se encuentran en la especie
humana: tres (H1, H2 y H3) han conseguido adaptarse completamente a los
humanos; y otros tres (H5, H7 y H9) producen casos esporádicos sin transmisión
entre humanos. Igualmente, de los 11 subtipos “N” que se conocen en aves,
solamente dos (N1 y N2) se encuentran en los virus de la gripe humanos, y otros
dos lo hacen en virus que causan brotes esporádicos poco transmisibles (N7 y
N9).
Además de esas múltiples combinaciones entre esas proteínas
de la envoltura, las hemaglutininas y neuraminidasas, los virus de la gripe
tienen una alta frecuencia de mutación y
de recombinación entre ellos. A veces para que aparezca un nuevo virus
pandémico ocurren “reordenamientos” o mezclas entre virus que infectan a la vez
a un mismo animal. Esto ocurre con frecuencia en la especie porcina. El cerdo
es una especie de tubo de ensayo o de “coctelera” que puede ser coinfectado a
la vez por varios virus de la gripe distintos. Así, dentro del cerdo se facilita la “redistribución de genes” entre
distintos tipos de virus gripales. De esta forma, el cerdo puede ser
infectado por un amplio rango de virus de la gripe A tanto de aves como humanos
y porcinos, incrementando las posibilidades de aparición de nuevos virus. Esta
es la razón por la que no es recomendable tener juntos a muchos cerdos y patos
juntos, cosa que desgraciadamente es muy frecuente en China.
Volvamos a 1918. En aquella época, la causa de la pandemia todavía
era un misterio. El virus de la gripe no
se aisló hasta 1933. Hace unos años se analizaron muestras de tejido
pulmonar de una persona muerta por gripe en noviembre de 1918 y que se había
mantenido enterrada y congelada en el permafrost en Alaska. A partir de esas
muestras se pudo obtener y reconstruir el genoma completo de aquel virus. Pudieron
así “resucitar” el virus de 1918.
Los análisis moleculares descubrieron que aquel virus era un virus de la gripe A del tipo H1N1, y que provenía directamente de un virus de la gripe de
aves.
Este virus de la gripe de 1918 fue 25 veces más mortal que
otros virus de la gripe. Una característica peculiar fue su alta mortalidad entre personas jóvenes
entre 20 y 40 años de edad. Sus efectos fueron devastadores, mataba
rápidamente, en solos dos o tres días, y con síntomas hemorrágicos. También se
ha comprobado que el virus de 1918 “resucitado” es muy virulento, causa la
muerte en los ratones de laboratorio y en los embriones de pollo mucho más
rápidamente que cualquier otro virus de la gripe humano conocido, y crece muy
rápidamente en células humanas. Los virus que causan la gripe
«normal» producen en los animales una respuesta inmune pasajera,
estimulan nuestras defensas lo suficiente como para controlar la multiplicación
del virus; por eso la gripe estacional o normal dura sólo unos días. Sin
embargo, este virus de 1918 es capaz de causar una respuesta inmune
anormalmente elevada, una reacción autoinmune masiva, que se conoce como “tormenta de citoquinas”, que en vez de
controlar al virus, lo que permite es su multiplicación y diseminación de forma
mucho más agresiva, dañando y destruyendo rápidamente los tejidos pulmonares. Afortunadamente,
los antivirales actuales son efectivos contra este virus de 1918.
Ahora entenderás por qué a veces salen en las noticias que
han sacrificado miles de pollos o patos que estaban infectados por algún tipo
de virus de la gripe. La gripe humana es una zoonosis, un virus animal que se
ha adaptado al ser humano. Una manera de controlar la aparición de un nuevo
virus pandémico como el de 1918 es vigilar y neutralizar los virus de la gripe
que circulan en la población de aves.
También te puede interesar:
– Cien años de la gripe “española” de 1918 (Investigación y Ciencia)
Con la colaboración de:
Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (antes Ministerio de Economía, Industria y Competitividad)
Aquí en mi pueblo, Lupión, murieron mucha gente; entre ellos mi abuelo y la señora de mi abuelastro dejando huérfanos a tres niñas (de mi abuelo) y un niño del segundo marido de mi abuela, ciertamente afectaba más a la gente joven que a los más mayores.
Excelente articulo!
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