La probabilidad de contagiarte del SIDA depende de la vía de
transmisión del virus. El VIH solo se transmite de persona a persona por
distintas vías. A escala mundial, la mayor parte de las infecciones ocurren por
vía sexual: en el África subsahariana
y en el Caribe por relaciones heterosexuales, mientras que en Europa occidental,
EE.UU., Canadá y Australia es más frecuente en hombres homo o bisexuales. También
el virus puede pasar de la madre al hijo,
durante el embarazo, el parto o la lactancia. Sin embargo, si se trata con
antirretrovirales a la madre, el nacimiento es por cesárea y se evita la
lactancia materna, la posibilidad de infección del bebé es mínima.
No se conocen casos de infecciones por el contacto habitual
dentro de la familia, el trabajo o la escuela.
Las transfusiones de sangre
o hemoderivados es otra vía de infección muy importante, especialmente en
países donde no hay control sanitario. También es posible adquirir la infección
por salpicaduras en mucosas o heridas de sangre o secreciones genitales
infectadas por el virus. El pincharse con objetos infectados, como les pasa a
los consumidores de drogas inyectables, es otra fuente de infección. Esta vía
predomina ahora en los países Bálticos, Europa del este y Asia central.
Aunque el virus VIH puede encontrarse en la saliva, lágrimas y sudor, la
concentración de virus es tan pequeña que no
se han descrito casos de transmisión a partir de ellos. ¿Y los mosquitos?.
¿Puede el VIH transmitirse por picadura de mosquitos como el dengue, la fiebre
amarilla o la malaria?. NO, el VIH no es capaz de multiplicarse y permanecer en
los mosquitos, por lo que aunque pique a un enfermo con el virus en su sangre,
el mosquito no puede trasmitir el virus a otra persona. El SIDA no se transmite por mosquitos.
Después de más de 30 años desde que se identificó el virus, no se conocen casos de infecciones por el
contacto habitual dentro de la familia, el trabajo o la escuela.
La vía más eficaz de transmisión es la inyección de
productos contaminados, como transfusiones de sangre o hemoderivados. La
probabilidad de infección si la sangre está contaminada por el virus es
superior al 90%. Afortunadamente, en
países donde hay control sanitario, las transfusiones de sangre son seguras. Un
pinchazo accidental con una aguja infectada puede transmitir el virus en 3 de
cada 1.000 exposiciones. Entre el 30 y el 50% de los hijos de embarazadas con
VIH pueden nacer infectados si la madre no recibe tratamiento, pero esta
proporción puede bajar hasta el 1% si lo recibe. Respecto a la transmisión
sexual, la vía más eficaz de transmitir el SIDA es el coito anal: la
probabilidad es de entre 5 y 30 infecciones por cada 1.000 exposiciones, siendo
el riesgo mayor para la persona receptiva que para la que penetra. En el coito
vaginal, la probabilidad de transmisión es mayor de hombre infectado a mujer
sana que al contario, entre 1 y 2 infecciones por cada 1.000 exposiciones.
Además, hay otros
factores que influyen. La probabilidad de contagio sexual aumenta si algún
miembro de la pareja tiene otra infección de transmisión sexual, como la
sífilis, por ejemplo, que produce úlceras; o cuando existe sangre, debido a la
menstruación o erosiones; o cuando la cantidad de virus en la persona infectada
es alta, lo que ocurre al inicio de la infección o si no se recibe tratamiento
antirretroviral. Las personas con
tratamiento correcto y que lo siguen regularmente tienen menor número de virus,
lo que reduce el riesgo de infección para su pareja. Los hombres
circuncidados también presentan menor riesgo de infectar a la mujer.
Sobre el futuro del SIDA hay que ser optimista. En muchas
países el SIDA es ya una enfermedad crónica. La combinación de prevención, diagnóstico y tratamiento
reducirá significativamente la incidencia de esta enfermedad en un futuro no
muy lejano.
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Evolución
del SIDA en España. M. Díez y A. Díaz. Investigación y Ciencia, Julio 2013. 442:
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