El microscopio solar

El microscopio solar y la divulgación de la ciencia de hace más de cien años.

Hace unas semanas tuve la suerte de encontrarme con un microscopio muy curioso. Se trata de un microscopio solar.

Microscopio solar. Está fabricado completamente en latón y lleva la inscripción del fabricante en la base, que dice: “Breton. Fres. Avenue Victoria, 8. Paris”. Por comparación con otros microscopios similares se estima que debió ser fabricado en la segunda mitad de 1800. Museo de Ciencias Universidad de Navarra. Donación PP. Agustinos Recoletos de Marcilla-Navarra, lote nº 174 OARM. Fue comprado en París a finales de 1800 para dotar el Gabinete de Ciencias del colegio de los Agustinos en Marcilla. GANOT, A. (1862), Tratado elemental de física. Madrid, Carlos Bailly-Baillière. pp. 379-380.

El microscopio solar es en realidad una linterna mágica, funciona como una cámara oscura. Utilizaba como iluminación los rayos del sol, que eran dirigidos mediante un espejo giratorio plano rectangular hacia el interior del tubo. Servía para producir y proyectar imágenes ampliadas de objetos microscópicos muy pequeños. Estaba ideado para manejarse en una habitación oscura. Se fijaba a la pared mediante unos tornillos, de tal manera que quedaba el espejo en la parte exterior para recoger la luz del sol y el resto del artefacto en el interior de la habitación oscura en la que se iba a realizar la proyección. Los rayos del sol inciden en el espejo y se reflejan, a través de un cilindro, hacia una lente condensadora y luego hacia una segunda lente donde se concentran en su punto focal. El objeto que se quiere observar se coloca entre dos placas de vidrio, que, mediante un resorte, se mantienen en una posición firme entre dos placas de metal. El objeto, fuertemente iluminado, está colocado muy cerca del foco de un sistema de tres lentes condensadoras. Se proyecta así, en una pantalla o pared,  y a una distancia adecuada, una imagen invertida y altamente magnificada. La distancia de las lentes desde el objeto se regula mediante tornillos. Como la dirección de la luz del sol va cambiando a lo largo del día, la posición del espejo se puede cambiar y girar también mediante unos tornillos. El microscopio solar tiene la desventaja de concentrar mucho calor en el objeto, lo que lo puede alterar rápidamente.

«Antique woodcut, showing a schematic view of a solar microscope, a type of magic lantern to show magnified objects and occurrences to a larger audience. Illustration from a book in Physics from 1883.A: knob for rotating mirror; B: screw for mirror inclination; C, D: focussing screws; m: metal plates; M: mirror.Related images:»

El precursor de este artefacto fue inventado en 1733 por el anatomista alemán Nathanael Lieberkuhn (1711-1756), a mediados del siglo XVIII, con un espejo separado que era orientado desde fuera de la habitación por un ayudante, pero fue el inglés Benjamin Martin quien le acopló un espejo y John Cuff (1742) el que le puso un mecanismo giratorio regulable desde el interior de la habitación, permaneciendo el tubo estacionario, adoptando la forma del microscopio solar. En la segunda mitad del siglo XIX se organizaban actividades de entretenimiento y divulgación de la ciencia como “Exposiciones de microscopios solares” en las que se cobraba una entrada para ver asombrosas imágenes de una pulga ampliada a gran tamaño en una pantalla. El uso de estos proyectores empezó a decaer con la aparición de las lámparas de gas oxi-hidrógeno y las de arco eléctrico, que producían luz intensa y que permitían hacer demostraciones nocturnas, no dependiendo de la luz solar.

«Las funciones del “Microscopio Solar” tuvieron un gran éxito en su presentación de 1855. Consistían en aparatos con lentes de gran aumento que funcionaban con luz diurna. Se presentaron muestras de “los piojos, las pulgas hembras y machos, la chinche, los insectos del queso, la gota de agua, el vinagre, los insectos de los fluidos, la cerda del jabalí, el cabello del hombre, el pelo de las cejas, la sangre y su circulación en los animales”, entre muchas otras, con un aumento de 500.000 veces su tamaño (El Nacional, 21/04/1855). Su anuncio refiere al desplazamiento de un artefacto de investigación científica hacia un ámbito de curiosidad y diversión: “En nuestra época, sobre todo, la utilidad del Microscopio es tan reconocida, como un poderoso medio de observación, que él es indispensable al químico, al naturalista, al físico, al fisiologista, etc., etc.; a más, él puede suministrar a las personas extrañas en estas ciencias, un gran número de diversiones útiles y agradables.”. La fascinación por estas visiones radica en una realidad aumentada que se suministra al público mediante las presentaciones de muestras microscópicas.» Referencia «De la ciencia al espectáculo«.

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