Aquí se espía todo el mundo, hasta las bacterias: sensores de adrenalina en bacterias

Todo
este tema de espías, micrófonos, mensajes secretos y escuchas telefónicas está
muy de moda, al menos entre los políticos de nuestro entorno. En esto tampoco
somos muy originales, los microbios también tienen sistemas para espiar qué
ocurre ahí fuera y adaptarse a la situación

La
adrenalina es un tipo de hormona que produce
cambios en el metabolismo y que afecta al funcionamiento de nuestro organismo.
Por ejemplo, incrementa la frecuencia cardiaca y respiratoria, estimula el
metabolismo de azucares y grasas y afecta a la contracción muscular. Esta
hormona se une a proteínas
que actúan como receptores (receptores
adrenérgicos
) que están en la superficie de muchas de nuestras células.
La unión de estas hormonas a los receptores
es una señal para que la célula modifique la concentración intracelular de
algunas sustancias (como el calcio y el AMPc), lo que a su vez
origina una serie de cambios metabólicos.

Las
bacterias por su parte tienen sistemas para comunicarse con el exterior: proteínas
sensoras que actúan como receptores de determinadas moléculas o señales
ambientales y que son capaces a su vez de activar a otras proteínas reguladoras
que controlan la expresión de los genes. Las bacterias patógenas emplean por
tanto moléculas sensoras para detectar cambios en su entorno y adaptarse mejor al
nicho ecológico que ocupan. Responden así ante la presencia de determinada
sustancias y controlan aspectos esenciales como su virulencia, motilidad,
división celular, metabolismo, producción de antibióticos o biofilms, etc.
 

Cada
vez hay más evidencias de que algunos patógenos bacterianos, como Salmonella y Escherichia coli, poseen receptores
adrenérgicos capaces de detectar la presencia de adrenalina del huésped y
modular su virulencia
. Algunas proteínas sensoras bacterianas se modifican
(se autofosforilan) al unirse a la adrenalina y actúan como receptores de esta
hormona del huésped. En algunos casos, la respuesta a la adrenalina puede
conferir alguna ventaja a la bacteria. Los receptores adrenérgicos bacterianos permiten
a las bacterias sentir algunas hormonas del huésped y adaptarse al mismo: es un
sistema de comunicación bacteria-huésped.
 

Nuestras
hormonas actúan como mensajes y señales que controlan el funcionamiento de
nuestro organismo. Las bacterias son
capaces de interceptar estos mensajes o sistemas de comunicación que ocurren
dentro del huésped
. Este espionaje microbiano, mediado por receptores que
tiene la bacteria en su superficie y que sienten la presencia de estas hormonas,
le puede permitir a la bacteria adaptase mejor al huésped en su propio
beneficio.
 

Como
ves, las bacterias son mucho más hábiles y sofisticadas que nuestros espías,
que al más puro estilo Mortadelo y Filemón usan micrófonos en floreros o debajo
de la mesa. Los microbios siempre nos darán una lección.
 

Si te
ha gustado esta entrada, te recomiendo Escherichia coli, nuevo agente del FBI: codificar mensajes secretos empleando bacterias.

Karavolos, M., et al. (2013). Pathogen espionage: multiple bacterial adrenergic sensors eavesdrop on host communication systems Molecular Microbiology, 87 (3), 455-465 DOI: 10.1111/mmi.12110

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