El pasado año la Organización Mundial de la Salud declaró que la infección causada por una nueva cepa del virus de la gripe A había alcanzado proporciones de pandemia (epidemia a nivel mundial). Los primeros análisis demostraron que se trataba de un virus de tipo H1N1 (hemaglutinina de tipo 1 y neuramidasa de tipo 1), cuyo genoma estaba relacionado con otros virus de la gripe de origen porcino. Hasta ahora, las infecciones humanas con virus de la gripe de tipo H1N1 de origen porcino habían sido en su mayoría infecciones leves. Sin embargo, esta cepa parece causar un mayor número de hospitalizaciones.
Con objeto de conocer mejor el riesgo potencial de la nueva cepa, un grupo de investigadores japoneses publican en la revista Nature la caracterización de uno de los primeros aislamientos obtenidos de este virus, llamado “A/California/04/09 H1N1”. Experimentos con animales de laboratorio demostraron que estas nuevas cepas del virus de la gripe A se replican más rápido y son capaces de causar lesiones pulmonares más severas que las cepas de virus humanos H1N1 que circulaban con anterioridad.
Aunque estos datos demuestran que el nuevo virus es más agresivo que los virus de la gripe H1N1 estacional, otros descubrimientos son más esperanzadores. Por ejemplo, el análisis de muestras humanas sugiere que el suero de las personas infectadas con virus humanos H1N1 similares a los que causaron la pandemia de gripe de 1918 muestra actividad neutralizante frente al nuevo virus de la gripe A. Esto proporciona datos interesantes para el desarrollo de nuevas vacunas. Además, el nuevo virus de la gripe A es sensible a la mayoría de los antivirales actuales, como el Tamiflu, lo que sugiere que estos compuestos podrían actuar eficazmente como primera defensa contra la pandemia de gripe A.