Un sueño hecho realidad: diagnosticar enfermedades infecciosas en mitad de la sabana africana por unos céntimos de Euro en unos pocos minutos.

Hoy en día son todavía millones las personas que mueren cada año por infecciones en nuestro planeta. Uno de los grandes retos actuales de la ciencia y la ingeniería es desarrollar tecnologías que permitan mejorar la salud de las personas en las regiones más pobres del planeta.

Expertos en bioingeniería de la Universidad de Columbia han desarrollado un revolucionario microchip, del tamaño de una tarjeta de crédito, capaz de detectar anticuerpos contra HIV y Treponema pallidum, y diagnosticar así el SIDA y la sífilis, respectivamente. Este chip tienen un rendimiento similar al de otras técnicas comerciales, pero su coste y sencillez es muy superior. La fabricación de cada chip puede ser inferior a 0,1 dólares y se pueden producir uno cada 40 segundos. Para detectar la señal se emplea un dispositivo muy simple cuyo coste no supera los 6 dólares y tan sencillo de usar como un teléfono móvil. La interpretación de los resultados, por tanto, es también muy sencilla.

[Vídeo explicativo]

El chip se basa en tecnología de microfluídos y nanopartículas y permite realizar complejos ensayos de laboratorio en un solo dispositivo. La detección se basa en un inmunoensayo similar a la técnica de ELISA, pero este chip permite realizar el ensayo en menos de 15 minutos, con un equipo mínimo y empleando solo un microlitro (0,001 mililitro!) de muestra de sangre del paciente, que puede obtenerse con un simple pinchazo en el dedo. Funciona perfectamente con sangre, plasma o suero. Por su facilidad de uso y su reducido coste puede ser empleado en las regiones más remotas del mundo, por personal no cualificado y sin recursos. No es necesario realizar el ensayo en un laboratorio, no necesita corriente eléctrica, es estable por mas de 6 meses a temperatura ambiente, es un sistema portátil que puede ser empleado en pruebas “de campo”, lo que permite el diagnóstico inmediato sin necesidad de que el paciente se traslada al hospital. Se ha ensayado ya con éxito, por ejemplo, en una campaña en Rwanda.

Este novedoso trabajo, publicado en Nature Medicine, supone un nuevo hito de la bioingeniería que posibilita realmente hacer accesibles a todas las personas el diagnostico de enfermedades infecciosas.

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